El fotógrafo barranquillero reunió en una sola publicación una portada con Sofía Vergara y un prólogo escrito por Shakira. La lírica y el punto de vista de Shakira sobre el Carnaval es tan cálida y sentimental como la mejor de sus canciones. Eso queda demostrado en el nuevo libro del fotógrafo Samuel Tcherassi, que este año rinde homenaje a la Danza del Garabato como uno de los pilares de las fiestas del dios Momo. Con una portada llena de color y mostrando a Sofía Vergara con las expresiones de su tierra, la publicación trae como sorpresa para el público de todo el mundo un prólogo escrito por Shakira, que puede leerse en seis idiomas distintos.
Prólogo
Desde la diversidad cultural y geográfica de mi Colombia, surge cíclicamente el talento de Sammy Tcherassi, que con el lente de su cámara fotográfica logra descubrir y evidenciar ante el mundo la pluralidad de nuestra identidad caribeña a través del colorido del Carnaval de mi tierra. Los elementos constitutivos y afines de nuestra génesis folclórica son esencialmente dos: los colores y la risa.
El Carnaval de Barranquilla es una constelación brotada de las artes hechiceriles del Rey Momo, del desenfreno de Joselito y de las lujuriosas carrozas que se diluyen en la tarde sabática bajo un fervor comprometido en una guerra de cumbias y chandé. Entre la sensualidad femenina y el ingenio del costeño se produce la más feroz de todas las batallas, la Batalla de Flores.
Entonces es cuando todo ser viviente posee luz propia en las noches como luciérnagas y un entusiasmo febril se trepa hasta las sienes, galopa sin cesar en los cuerpos y satura el sistema sensorial de una eufórica ansiedad y una incontenible burbuja de alegría. Así, con el insomnio, la música de las orquestas, el olor de las fritangas y toneles pasan cuatro días sin sol, sin luna y sin estrellas. Vibrando cada molécula de la ciudad, cada rincón de la Costa Caribe, mi patria chica y eterna, hasta que se expande aquella onda vibratoria a todos los ámbitos de Colombia.
Al cuarto día, termina el Carnaval... Pero queda la luminosa huella de la cámara de Sammy Tcherassi, y aleteando en el aire su enigmática risotada.
Por Shakira
Prólogo
Desde la diversidad cultural y geográfica de mi Colombia, surge cíclicamente el talento de Sammy Tcherassi, que con el lente de su cámara fotográfica logra descubrir y evidenciar ante el mundo la pluralidad de nuestra identidad caribeña a través del colorido del Carnaval de mi tierra. Los elementos constitutivos y afines de nuestra génesis folclórica son esencialmente dos: los colores y la risa.
El Carnaval de Barranquilla es una constelación brotada de las artes hechiceriles del Rey Momo, del desenfreno de Joselito y de las lujuriosas carrozas que se diluyen en la tarde sabática bajo un fervor comprometido en una guerra de cumbias y chandé. Entre la sensualidad femenina y el ingenio del costeño se produce la más feroz de todas las batallas, la Batalla de Flores.
Entonces es cuando todo ser viviente posee luz propia en las noches como luciérnagas y un entusiasmo febril se trepa hasta las sienes, galopa sin cesar en los cuerpos y satura el sistema sensorial de una eufórica ansiedad y una incontenible burbuja de alegría. Así, con el insomnio, la música de las orquestas, el olor de las fritangas y toneles pasan cuatro días sin sol, sin luna y sin estrellas. Vibrando cada molécula de la ciudad, cada rincón de la Costa Caribe, mi patria chica y eterna, hasta que se expande aquella onda vibratoria a todos los ámbitos de Colombia.
Al cuarto día, termina el Carnaval... Pero queda la luminosa huella de la cámara de Sammy Tcherassi, y aleteando en el aire su enigmática risotada.
Por Shakira