La cantante colombiana Shakira hizo brillar el sol esta noche frente al mar Mediterráneo durante su actuación en Beirut, la tierra de sus antepasados, y cuyo público quedó cautivado con su música y danza.
El concierto, que dedicó a su padre William Mubarak, tuvo lugar en el nuevo club náutico de la capital libanesa ante unas 25.000 personas, que durante el espectáculo, de poco más de hora y media, corearon y bailaron sus canciones.
"Dedico este concierto a mi padre. Estoy feliz de estar aquí. Hace años que quería actuar en el Líbano y hoy se realizó mi sueño", dijo la cantante provocando aplausos entre los presentes.
Ayer, a su llegada a Beirut, Shakira mostró su orgullo por estar en la tierra de sus antepasados. "Amo muchísimo al Líbano, espero verlos bailar y cantar conmigo. Estoy orgullosa de estar aquí".
Durante su concierto, la artista interpretó canciones de su nuevo disco "Sale el Sol" y éxitos como "Loca", "Gitana", "Las caderas no mienten"y "Ojos así".
Uno de los puntos álgidos de su espectáculo fue cuando cantó en árabe una estrofa de una canción de Fairuz, considerada la mejor cantante del Líbano, y bailó la danza del vientre.
También tocó la armónica y la guitarra y sedujo además a sus admiradores, de todas las edades, con el ritmo de sus caderas.
Invitó asimismo a cuatro jóvenes libanesas a que bailaran con ella en el escenario y durante su actuación pronunció algunas palabras en árabe, como "chucran" (gracias), y besó la bandera libanesa.
En una de sus canciones dedicadas a su país, cambió una frase y cantó "Me voy de Beirut a Bogotá", provocando un entusiasmo sin límites.
Su espectáculo terminó con "Waka Waka", himno del último mundial de Suráfrica, que estuvo acompañado de un vídeo de niños de ese país que contaban sus sueños y fuegos artificiales que alumbraron la noche beirutí y el mar Mediterráneo.
La actuación de la cantante, de madre colombiana y padre libanés, forma parte de la gira mundial para promocionar su disco "Sale el sol".