Creo que podemos hacer mejorar nuestro mundo y la clave está en la educación. Lo sé porque lo he visto. Lo dijo Shakira en la universidad de Oxford. Sí, la Shakira que canta y mueve las caderas. ¿Por qué nos empeñamos en creer que todo lo que nos rodea es banal?
“Cuando el mundo tiene sobrados recursos para alimentarse a sí mismo ¿por qué los niños mueren de hambre? Tenemos que encontrar nuevas maneras de distribuir los alimentos para que ningún niño vaya a la cama con hambre. Y sé que la educación es nuestro boleto”, dice Shakira.
¿Cómo lo sé? Porque yo lo he visto, dijo.
Nací y crecí en un país marcado por los conflictos civiles, las luchas sociales y la desigualdad. En un mundo donde la educación se percibe como un lujo y no como un derecho. Donde si uno nace pobre está destinado a morir pobre.
Desde el momento en que cumplí 18 años decidí crear mi propia fundación en Colombia. Y desde entonces hemos estado trabajando en la prestación de una educación de calidad, nutrición para niños, capacitación laboral para sus padres y construcción de escuelas que también funcionan como centros comunitarios para las familias desplazadas por la violencia y que han perdido todo lo que tenían.
Hemos comprobado que la creación de modelos integrales de educación, en las zonas donde la población es vulnerable a la pobreza extrema y el conflicto, transforma las mentes y las vidas de los niños. Y funciona. Créanme, funciona.
Quiero ser clara al respecto, no se trata de caridad. Se trata de invertir en el potencial humano. Desde el punto de vista ético y moral se logra un propósito. Pero también desde el punto de vista económico, esto podría traer enormes beneficios para toda la humanidad. Porque la educación universal sienta las bases para un mayor crecimiento económico y promueve la paz y la estabilidad mundial.
Me gustaría que nuestra misión por la paz mundial consistiera en el envío de 30.000 educadores a Afganistán, y no de 30.000 soldados. Que la educación mundial se convirtiera en un objetivo más importante que la dominación del mundo.
Amigo lector: vivimos en una sociedad con sombras pero también con luces. La persona que hoy he traído a mi reflexión (Shakira) algunos la encasillarán en el mundo de lo superfluo, lo banal y hasta del relativismo moral. Para otros puede ser un ejemplo de personas que creen que un mundo mejor es posible. Y que no solo lo creen sino que se comprometen a impulsarlo, como Shakira con su Fundación.